Noticia | 22 Junio 2015

Alza en el precio de los alimentos y calidad de vida

IMG_0237En los últimos años se ha manifestado una tendencia mundial al alza en los precios de los  alimentos,  de  lo  cual  Chile  no  es  ajeno.  Este  hecho  tiene  una  implicancia significativa  en  la  calidad  de  vida  de  los  estratos  de  menores  ingresos.  En  este escenario, en el taller de Chile 21 de este viernes 19 de junio, el Ingeniero Agrónomo y Economista  Agrario,  Guillermo  Toro,  avanzó  respuestas  a  dos  preguntas  centrales:
¿Cuánto influye el alza del precio de los alimentos en los estratos de menores ingresos?
¿Hacia  dónde  debe  apuntar  una  política  pública  que  sea  capaz  de  afrontar  la problemática de los alimentos?
En primer lugar, es necesario ubicar adecuadamente el problema de la alimentación    en Chile. Por ejemplo, el Objetivo  del  Milenio de  reducir  el porcentaje   de   niños con desnutrición a un0,5% en 2015, fue largamente cumplido. Según consta en el Segundo Informe del Gobierno de Chile, ya en 2003 el porcentaje
fue  de  un  0,3%.  Así,  también,  el  objetivo  de  reducir  a  un  4,0%  el  porcentaje  de población  por  debajo  del  nivel  mínimo  de  consumo  de  energía  alimentaria,  fue cumplido el mismo 2003. No obstante, en cuanto a reducir el índice de obesidad a un
6,0%,  Chile  no  lo  ha  logrado.  Según  el  Informe  del  2013  de  la  OECD  sobre  el Panorama de Salud  en  Chile,  el  25,1% de la población  adulta del  país  padece de obesidad. Entre las causas de la obesidad se encuentran principalmente la malnutrición y los comportamientos sedentarios. El mayor desafío actualmente en Chile parece ser mejorar la calidad de la alimentación de su población.

Los productos agrícolas y pecuarios, según el INE, han registrado un incremento entre

2009 y 2013 por encima, incluso, del Índice de Precios al Consumidor (127% y 112%, respectivamente). Esto representa un problema para los hogares de menores ingresos en el país. Según Toro, el 37,4% de los ingresos de los hogares del primer quintil (y 31,4% en el segundo quintil) se destina a alimentación. En
consecuencia, las familias se ven obligadas a maximizar la cantidad de alimentos en detrimento de su calidad, ya que los productos de menor precio, en su mayoría, son de menor calidad nutritiva y mayor impacto sobre la obesidad y las secuelas sobre la salud (hipertensión, diabetes e infartos).
 
De lo anterior se desprende que es necesaria una política pública que busque afrontar los desafíos actuales de Chile en materia de alimentación y sana nutrición. Esta, debe estar orientada a democratizar el acceso a alimentos de óptima calidad a toda la población. Esta política debe asentarse en dos pilares: el primero, consiste en el fomento a  la  producción  y  comercialización  en  el  circuito  doméstico;  y,  el  segundo,  tiene relación con fortalecer la educación sobre alimentación sana.
En esta línea, se debe avanzar en una política intersectorial que aúne criterios entre los distintos organismos públicos que están involucrados en la regulación y los actores que participan en la producción de alimentos en el país. Asimismo, es necesario equilibrar las políticas de fomento de las exportaciones de alimentos y las de producción de alimentos para consumo interno. Esto implica mayor compromiso gubernamental con los pequeños productores, como explicitó Guillermo Toro. A su vez, es menester tener claridad de cuál es el costo de una dieta sana, lo que debe estar en la base de una política pública que se haga cargo del tema.
Otro aspecto útil para reducir los costos de la alimentación sana es el fomento de las ferias, como señaló en el taller de Chile 21, Juan Carlos Arriagada, Director Ejecutivo del Observatorio del Mercado Alimentario: “hace 40 años existían aproximadamente las mismas  ferias  que  hoy.  En cambio, el retail ha aumentado exponencialmente su presencia en el país” y, con ello, el incremento de los precios de la oferta de alimentos y de comida “chatarra”.
Al mismo tiempo, es de suma importancia fortalecer la educación en nutrición y vida saludable desde una perspectiva multidisciplinaria, de forma que la población esté cada vez más consciente de la importancia de la alimentación y sus impactos en la calidad de vida.
Finalmente, al ser una problemática que necesita ser abordada desde lo público, se debe aumentar el debate en torno a ésta, a fin que se incluya en la agenda pública y se generen los imprescindibles cambios en la legislación sobre alimentos  para reducir los impactos nocivos en la salud de la población.
 
Fuente: @revistaprimerap

Publicado por
Michelle Azuaje Pirela

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