Noticia | 30 Julio 2015

Carta de Alicia Gariazzo a Ricardo Ffrench-Davis

pymesEstimado profesor:
He seguido con entusiasmo sus tesis y he aprendido mucho de sus valiosas opiniones con las que básicamente coincido, especialmente con las vinculadas a la vulnerabilidad de la estrategia de desarrollo de nuestro país basada en la exportación de recursos naturales no renovables en una sociedad con crecientes niveles de desigualdad y concentración de la riqueza, que la debilidad de nuestro Estado no ha podido revertir.
Usted ha insistido en que para avanzar y desarrollarnos con mayor equidad es necesario mejorar nuestra capacidad productiva y, para ello, estimular la inversión productiva que, a su juicio, es más posible desde las PYME que desde las grandes empresas, haciendo una crítica a los gobiernos democráticos que, lamentablemente, se vieron influidos por el “globalismo” del neoliberalismo y decidieron apostar al crecimiento de los sectores más viables y preparados para crecer, subestimando a los pequeños. Es así como las políticas de desarrollo productivo estuvieron ausentes, o fueron débiles en los últimos veinte años, porque no hubo políticas microeconómicas sectoriales creativas y de apoyo efectivo a las PYME. Como bien lo explicó el 21 de julio en CNN, en Chile no hay un mercado de capitales que impulse el desarrollo de la capacidad productiva y que apoye a las PYME. Los intereses anuales que estas llegan a pagar por pequeños préstamos son de 20 a 30%, lo que es usurero y Banco Estado actúa de la misma manera. Por ello, usted considera que se deben regular los bancos, da el ejemplo de que aun en los EE.UU. estos se regulan y relata cómo dicho país apoyó a las PYME, luego de la crisis de los años 30, creando el Small Business Administrator, que aún existe.
Coincido con usted en que todo ello ha llevado a aumentar la desigualdad, ya iniciada con la dictadura, y que las regulaciones inteligentes podrían contribuir a superarla. Sin embargo, me llama la atención que haya algunos aspectos que usted no menciona en sus análisis. Por ejemplo, no desarrolla que la transferencia de capitales del sector productivo al especulativo constituye un fenómeno internacional en cuyas soluciones el lavado de dinero ha jugado un rol. En The Observer de diciembre de 2009, el jefe de la Oficina de Drogas y Crimen de las Naciones Unidas admitió que enormes cantidades de dinero provenientes del narcotráfico habían mantenido a flote el sistema financiero cuando este parecía colapsar. Una quinta parte de la economía mundial, según algunas estimaciones, está conformada por los frutos del crimen organizado. Aunque sus análisis se refieren a Chile, es conocida la importancia del narcotráfico en nuestro país. Usted no analiza el impacto del lavado de dinero en la economía y los efectos del microtráfico en el empleo, pese a que cifras oficiales informan que ingresan a Chile anualmente a lo menos veinte toneladas de cocaína.
También me hace falta en sus análisis una mención a las áreas donde las PYME podrían competir en precios con la producción que el resto de las empresas fabrican en Asia, a la vez que con el crédito a sola firma que entregan las cadenas de farmacias y el retail a los sectores de menores ingresos.
Finalmente, me gustaría su opinión acerca de la precariedad laboral creciente, dada la disminución de las fuentes de trabajo debido a la tercerización al Asia, lo que incluso hacen pequeñas empresas chilenas que han comprado una marca; al desarrollo de la tecnología y la industria digital, que está eliminando puestos de trabajo y convirtiendo a los trabajadores no informáticos en polifuncionales, intercambiables o desechables. Todo ello, acrecentado por leyes laborales del siglo XIX y por el aumento de la longevidad que está poniendo a disposición de las empresas (ya ocurre en el retail) un ejército de adultos mayores, fuertes pero empobrecidos, que ofrecen mano de obra más barata aún que los trabajadores polifuncionales.
Coincido con usted en que el Estado debe tener más fuerza para favorecer a las PYME a través de la regulación, pero a mi juicio debería también hacer directamente inversiones productivas, como la Corfo en los años 30. Hay un gran campo en las energías renovables cuyas altas inversiones los privados jamás realizarían. Pero, para ello, se debe cambiar la Constitución, dado que la actual define al Estado solo como subsidiario.
Estimado profesor, me gustaría conocer su opinión sobre el empleo, aunque sea ceterīs pāribus, sobre el significado de que la mano de obra joven deba irse a la industria de la entretención, la que lleva consigo la prostitución, el microtráfico y la delincuencia.
Lo felicito por su perseverancia, inteligencia y dedicación y le ruego me perdone por pedirle que me conteste, pero su aporte es muy valioso para los economistas que buscamos algo más que neoliberalismo.
Lo saluda atentamente,
 
Fuente: ElMostrador

Publicado por
Michelle Azuaje Pirela

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