Noticia | 10 Febrero 2017

El significado de los símbolos de los Tuppers

Llevarse la comida al curro es algo que se hace desde tiempos inmemoriales (así se inventaron las fiambreras y los bocadillos). Pero solo desde 1947 es posible meterla en una caja de plástico y llamarla tupper.

De la “generación tupper” se ha pasado a la humanidad tupper: el recipiente hecho con polímeros es una opción cada vez más extendida y que no entiende de edades ni sueldos.

Y es que recurrir por sistema al menú del día sale caro, pero no es solo un tema de dinero. También se pierde más tiempo y, a menudo, resulta pesado para el estómago.

Está de moda la vida sana (cocina lo que comas; come lo que cocines). Está de moda el estrés laboral. Están de moda los tuppers (últimamente más los de vidrio que los de plástico).

No te vas a envenenar

Empecemos por la leyenda urbana: el plástico de los tuppers pasa a la comida y por su culpa acabarás padeciendo horribles enfermedades. Es mentira. Pero si te sigues rallando, haz esto para acabar con tu paranoia: en lugar de calentar el tupper, pasa la comida a un plato.

En realidad la “contaminación” va más bien en el sentido contrario: de la comida al tupper, que puede acabar poniéndose bastante guarro si no lo limpias.

Los tuppers son absolutamente seguros si han sido fabricados para ser calentados en el microondas. ¿Cómo saberlo? Solo tienes que buscar bien (en el culo del envase o en la tapa) hasta encontrar estos logos que te explican todo:

Si no pone nada, significa que tu tupper es solo una caja de plástico para transportar. No lo llenes de comida y no lo metas en el microondas.

Las 4 reglas de oro para no liarla

  • El metal es tu enemigo: no puedes meter nada metálico (ni siquiera papel de aluminio) en el microondas. Tampoco bolsas de plástico ni de papel (a menos que lo indique expresamente en las instrucciones, como pasa con las palomitas).
  • Separa los alimentos crudos de los cocinados: suena lógico, ¿verdad? Ya lo sabías, ¿verdad? Bueno, pues llevado a la práctica quiere decir que no puedes poner en el mismo tupper una tortilla y una ensalada, por ejemplo. No es porque te vayas a pillar una enfermedad horrible. Es porque puedes tirarte varias horas con diarrea.
  • El límite de las 48 horas: el tupper se guarda en la nevera (obvio) pero solo tienes 2 días para comértelo. Si va a pasar más tiempo, lo congelas (no lo hagas si lleva patatas o tomate, que soportan fatal la congelación).
  • El significado del taponcito: algunos tuppers tienen un pequeño tapón en mitad de la tapa. Aunque parezca mentira, no lo han diseñado para que te lo dejes abierto y se salga por ahí la salsa, pringándote la mochila. En realidad es para que lo tengas todo el rato cerrado excepto cuando lo metas en el microondas. Que el tupper pueda “respirar” (gracias a este taponcito o quitándole la tapa entera) es lo que impide que explote mientras se calienta (ejem, no te imagines una explosión atómica… pero basta para que tu comida ensucie el microondas).

No hace falta ser chef para montarte un menú

No te creas Ferran Adrià. Organizarte una semana de tuppers es tan fácil como esto:

  • Primer plato: vete alternando arroz, pasta, legumbres, patatas y verduras. Te salen cinco platos, uno para cada día.
  • Segundo plato: lo mismo pero con pescado blanco, carne roja, pescado azul, carne de ave (pollo, pavo) y huevos.
  • Postre: fruta.

Si vas a calentar en el microondas, evita los platos a la plancha (se resecan) y las frituras (se ablandan).

Así se limpia un tupper

  • Nunca con la parte áspera del estropajo (se raya): hazlo con la parte blanda. El lavavajillas es una opción recomendable.
  • Con bicarbonato: si tiene olores o manchas que no se van (las típicas de salsa de tomate), llénalo con medio litro de agua y añade una cucharada de bicarbonato. Déjalo a reposo una noche y lávalo por la mañana.

Bonus track: ¿qué pasa con las botellas de agua?

Otra leyenda urbana: vamos a morir todos porque las botellas de plástico son malísimas y nos harán enfermar. La leyenda continúa así: en el culo de la botella viene un número que te dice cuántas veces puedes rellenarla antes de envenenarte. Todo mentira.

El número del culo de la botella (va dentro de un triángulo) lo que dice es el material con el que fue fabricada. Ni más, ni menos. No tiene nada que ver con las veces que puedas rellenarla. Estos logos te lo explican todo:

botellas

Ahora bien, no conviene rellenar las botellas de plástico. Y no es porque vayas a cogerte un mal incurable. No es eso. Es que estas botellas, a diferencia de los tuppers, no han sido fabricadas para ser reutilizadas. A lo que te arriegas, más que nada, es a contaminación por microbios y bacterias.

 

Fuente: OCU

Publicado por
Michelle Azuaje Pirela

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