Noticia | 28 Noviembre 2011

Indiganados y Desconfiados.

El alejamiento de los partidos políticos de los ciudadanos es cada día mayor, el surgimiento de las masivas movilizaciones, era algo que no esperaba la clase política, la demanda es clara, es necesario terminar con la desigualdad, el lucro en áreas tan sensibles como la educación, salud, terminar los abusos con consumidores y usuarios de servicios básicos, financieros, retail, etc.

Los movimientos sociales que se manifiestan, tienen autonomía de los partidos políticos , además tanto sus líderes como los ciudadanos declaran una creciente desconfianza y desencanto hacía estos, esto se puede observar fácilmente en la calle, esto pone de manifiesto el cuestionamiento al sistema de democracia representativa actual.

Esto es consecuencia que los ciudadanos y sus organizaciones, no encontraron en los partidos los apoyos y espacios necesarios para promover los cambios legislativos. Tampoco el patrocinio de los gobiernos a iniciativas parlamentarias necesarias que necesita nuestra sociedad actual, y cuando se recurre a parlamentarios o gobiernos no son escuchados.

La nueva cultura política que esta emergiendo tiene contrastes. Por una parte, existe la demanda de más participación con ciudadanos cada día más exigentes; y por otra, y al mismo tiempo, los liderazgos de los partidos políticos actuales, no solo no la fomentan, sino que la impiden, la desalientan y son un obstáculo para la participación, sus intereses están en mantener sus cuotas de poder y los proyectos personales. De cual de los dos puntos de vista triunfe va a depender el progreso democrático de las próximas décadas, y por consecuencia el incremento o disminución de las desigualdades.

La época que vivimos es de cambios profundos en nuestra sociedad, esta demanda de cambios toca principalmente a los políticos que tienen en sus manos la tutela del poder. No es solamente la necesidad de renovar rostros o un cambio generacional, sino sobre todo hay una demanda insatisfecha de nuevos estilos de hacer política, de políticos comprometidos con provocar cambios con respuestas y soluciones concretas a los problemas que enfrentan los ciudadanos, que produzcan más equidad y participación en la sociedad.

Esta demanda de renovación de la política, se produce en un momento en que la ciudadanía y la sociedad civil están más empoderadas, cada vez más dispuesta a no quedarse de brazos cruzados ante las injusticias y a movilizarse por sus derechos y aspiraciones. Los ciudadanos chilenos están cada día más indignados con un modelo que produce tanta injusticia y desigualdad.

La ciudadanía cambió y ahora hay que entenderse con esta nueva clase de chilenos que no se quedan callados, que salen a reclamar por lo suyo, que se comunican por redes sociales y medios digitales, que se convocan y se movilizan, con llamados a movilizarse a través de estos nuevos medios de comunicación, y logran romper el cerco comunicacional de los medios tradicionales controlados por quienes ostentan el poder económico y político, y se convierten en un movimiento social con una masa definida, que presiona y pide respuestas a quienes ostentan el poder.

Estamos en el tiempo de los movimientos multitudinarios e inteligentes, con demandas y propuestas claras, que llaman a producir cambios profundos en este mundo globalizado. Estamos enfrentados a un cambio de nuestra sociedad, que sucedió en las últimas décadas, donde la clase política de chile y el mundo no se dieron cuenta. Este cambio es un rechazo a la especulación, usura, enriquecimiento y lucro desmedido de unos pocos, en desmedro de las grandes mayorías y una democracia imperfecta, sin participación ciudadana, y políticos demasiado influenciados por el poder del dinero.

Publicado por
Michelle Azuaje Pirela

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