Hoy en día, ya se manifiestan los efectos en el medio ambiente por la sobreexplotación de los recursos naturales, también de la producción y desecho excesivo de todo tipo de productos, especialmente los de difícil reducción o lenta biodegradación.
El grave deterioro de los ecosistemas, hace evidente que se deban reformular los tipos de producción y consumo, para lograr atenuar sus efectos e impedir llegar a un nivel que dificulte seriamente su sostenibilidad.
Son muchas las prácticas de producción y consumo que son necesarias mejorar. Entre ellas se encuentran, el desperdicio de alimentos, el uso ineficiente de la energía y la contaminación del agua.
Se señalan dos formas principales de ayudar al desarrollo sostenible en este ámbito:
1) reduciendo los desechos y
2) actuando de forma reflexiva al momento de comprar y optar por una opción sostenible siempre que sea posible.
Como consumidores y como ciudadanos de este planeta, creemos que la información es una pieza clave, para tomar conciencia y colaborar para que estos objetivos se cumplan.
En Conadecus, entendemos que los consumidores tenemos no sólo la responsabilidad sino también, el poder para llevar a cabo esos cambios, ya que con nuestra forma de consumir podemos influir en la marcha de la economía y del mundo.
Un consumo consciente y responsable, orientado al fomento de actividades satisfactorias para la naturaleza, el entorno y las personas, es una gran contribución y un decisivo instrumento de presión frente al mercado.
La ciudadanía tiene que estar informada para poder elegir correctamente productos y servicios que vengan de formas sociales, éticas y sostenibles en toda la cadena de valor.
Como consumidor ¿Qué puedes hacer Tú?
Ser eficiente al usar la energía:
- Aprovecha la luz solar y apaga las luces y dispositivos si no los necesitas.
- Desconecta los cargadores si no están cargando algún dispositivo.
- Sube y baja las escaleras, no uses siempre el ascensor. Además, de ejercitarte, también ahorras.
Usar responsablemente el agua:
- Realizar duchas cortas.
- Cierra la llave mientras lavas la loza o los dientes.
Con estos pasos ahorras agua y dinero.
Ser sostenible en el transporte:
- Utiliza el transporte público.
- ¡Camina! cuando puedas.
Esto beneficia el medio ambiente ya que contaminas menos y tu salud.
Ser responsable con tus hábitos de compra y consumo:
- Compra solo lo que requieres, no hagas consumo compulsivo.
- Si puedes, reduce el uso de envases.
- No compres falsificaciones.
- Consume alimentos frescos y menos ultra procesados.
- Dale un segundo uso a tu ropa que ya no uses o dónala.
Colaborar con el reciclaje:
- Separa tus residuos y deposítalos en los contenedores correspondientes.
- Los aparatos electrónicos o electrodomésticos no reparables llévalos a los puntos de acopio especiales.
El objetivo del consumo y la producción sostenibles es hacer más y mejores cosas con menos recursos.
Se trata de crear ganancias netas de las actividades económicas mediante la reducción del uso de los recursos, la degradación y la contaminación, logrando al mismo tiempo una mejor calidad de vida.
Se necesita, además, adoptar un enfoque sistémico y lograr la cooperación entre los participantes de la cadena de suministro, desde el productor hasta el consumidor final.
Consiste en sensibilizar a los consumidores mediante la educación sobre los modos de vida sostenibles, facilitándoles información adecuada a través del etiquetado y las normas de uso, entre otros.
Para cumplir el objetivo, debemos trabajar de forma paralela las personas consumidoras y también las empresas, incrementando su preocupación social y ambiental, fomentando el uso eficiente de recursos y energía, la construcción de infraestructuras que no dañen el medio ambiente, la mejora del acceso a los servicios básicos y la creación de empleos ecológicos, justamente remunerados y con buenas condiciones laborales.
En este objetivo, se requiere la existencia de una contraparte a los productores, los gobiernos deben fomentar. apoyar e informar a la sociedad civil para que se organice y permita lograr los cambios en la producción y el consumo que son necesarios para hacer sostenible el planeta.
Es bajo este objetivo, que las organizaciones de consumidores, como Conadecus, cobran gran relevancia, sensibilizando, informando, uniendo y empoderando a los consumidores.
“Nadie puede hacer todo, pero todos podemos hacer algo.”
En la agenda propuesta por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se desprende un Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) fundamental, “Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”, un punto crucial para alcanzar el desarrollo sostenible en nuestro planeta.
El consumo es nuestra forma de vida, un ejercicio indispensable en el quehacer diario de todas las personas que habitan nuestro planeta, en su línea de producción, distribución y desecho genera empleo, mientras que su consumo alimenta, trata, consume, transporta, entre otras tantas acciones.
Hoy el consumidor ha evolucionado de formas inimaginables, en igual medida el aumento gradual de población, los elementos de consumo aumentan también.
Los ejercicios de consumo como el Consumismo Competitivo y el Consumismo Aspiracional se traducen en expresiones de consumo, que con los avances de la tecnología y el acceso masivo a la información incentivan a más consumo.
Estamos ad portas de una nueva crisis mundial, el cambio climático nos toca la puerta a todos y son precisamente los consumidores quienes tienen la oportunidad del cambio a más de un click de distancia.
¿Qué pasa en Chile?
Es claro que existe un notable abandono del cumplimiento de estas medidas, tanto en leyes como en cultura, en Chile los consumidores carecemos de oportunidades de aprendizaje en consumo sostenible y también en el origen de los productos que compramos todos los días.
El Estado está en deuda con la ciudadanía, los bajos estímulos por parte de la autoridad para desarrollar una sociedad civil organizada y participativa, impiden que la población sea escuchada generando una disociación entre ciudadanía y gobierno, esto no permite, en particular, informar y educar a las personas sobre los cambios en su forma de vida, el consumo.
Es evidente el desinterés en la individualización de los consumidores, Chile adolece en una sociedad sin convergencia.
Reducir considerablemente la generación de desechos mediante actividades de prevención, reducción, reciclado y reutilización es una realidad incipiente en nuestro país, cuya generación solo se hace en las grandes urbes, mientras que en las zonas más aisladas el conflicto empieza desde la misma recolección de residuos, en que la oportunidad de recibir este tratamiento, el de reducción, reciclado y reutilización, es casi inexistente.
En la actualidad existe un acceso masivo a la información, en que todo consumidor puede buscar la norma y forma de reducción, reciclado y reutilización, pero esta no tiene mayor efecto en la responsabilidad y consecuencias del consumo.
Basta con dar una vuelta a los centros de consumo, en que podemos ser testigos de la gran masa de basura que desfila en las esquinas, cercanos al mall, centros comerciales, distribuidoras, entre tantos otros.
Para terminar, la principal observación que puede hacer esta organización ciudadana, esta Asociación de Consumidores, es la falta de incentivos a los productores y consumidores, que se enfrentan a un cambio sin la intención de dar el gran paso, el de responsabilizar la cadena de producción, distribución, consumo y, finalmente, desecho.
La ODS N°12 tiene poco protagonismo, tanto en los informes como en las prioridades de la agenda gubernamental, es claro que el cambio climático se ha hecho notar, pero las acciones seguidas no se condicen con la realidad de los consumidores, en que el ejercicio de consumo crece amparado en la disponibilidad de bienes y servicios de forma permanente.
El cambio está en todos los usuarios, desde la producción hasta en el papelero de nuestras casas.
