Noticia | 12 Septiembre 2011

EL IMPERIO DEL DINERO PLASTICO

El imperio de la tarjeta de crédito duplica las deudas
“Desde julio del 2010 que estoy sin trabajo, me atrasé con mis deudas y tuve que endeudarme más para vivir y poder pagar mis créditos. Me avisaron que si no pago tres cuotas embargarán mis bienes”. Esa es la última consulta recibida por la abogada Karina Cárcamo, de una asociación de consumidores de Santiago. Cárcamo recibe unos 90 casos mensuales de este tipo, un mal que se extiende en Chile gracias al imperio de la tarjeta de crédito, que casi ha duplicado las deudas de los chilenos en la última década y que permite comprar todo en eternas cuotas: desde una casa a la comida en el supermercado.
Después las cuotas se acumulan y empiezan las llamadas telefónicas y las amenazas y cuando los clientes optan por refinanciar sus deudas, acaban por aceptar el pago del triple de lo que solicitaron, explica Cárcamo. “A fines de los noventa, la colocación de crédito entre los sectores ricos se saturó. La banca comercial apuntó fuerte entonces a la clase media y baja”, necesitadas de recursos para sumarse al carro del crecimiento y el consumo, dice Ignacio Larraechea, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Central.
Cuatro tarjetas por persona
Fue en ese momento cuando las casas comerciales se sumaron al negocio. Según la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios de Chile (Conadecus) operan 29 millones de tarjetas de crédito, que divididas entre los 7 millones de trabajadores, corresponden a un promedio de cuatro tarjetas por persona.
El Banco Central de Chile reveló que en el mercado de créditos de consumo, las instituciones emisoras no bancarias -como las casas comerciales- aumentaron su participación de 26% del mercado en 2000 a 47% en 2008. Según Larraechea, “un estudio mostró cómo los chilenos con redes sociales más débiles, tenían tendencia a abusar del consumo y quedaban más fácilmente endeudados, o sea, que usaban el consumo como paliativo de la depresión, la soledad, etc”. A la angustia que generan las deudas se suman los acosadores telefónicos y las amenazas de embargo. Un punto de inflexión es el ingreso al Dicom, una empresa privada que elabora listas de quienes tienen deudas pendientes -ínfimas o cuantiosas-, y que vende esta información a empresas o particulares.
El gobierno de Sebastián Piñera, quien en su etapa de empresario introdujo las tarjetas de crédito en Chile de la mano de Bancard y Fincard, quiere regular el sector, creando un Servicio del Consumidor financiero. También plantea unificar los datos de deudas de clientes de bancos y casas comerciales en un sólo registro de morosos, para que los acreedores conozcan el riesgo y se evite el sobreendeudamiento.
Intereses se triplican
Stefan Larenas, director de la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile (Odecu), cree que las condiciones del crédito en Chile han permitido el acceso a bienes a muchas personas, pero son perjudiciales a la hora de refinanciar las deudas, que “duplican o triplican los intereses”.
Chile salió airoso de la última crisis financiera mundial, y para 2010, y a pesar del terremoto, espera crecer entre 4 y 5%. “Estamos lejos de la crisis de las hipotecas que azotó a Estados Unidos, pero ya hay un sector incapaz de pagar sus deudas que debe ser vigilado de cerca”, asegura Larraechea.
Según la encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadísticas, el gasto mensual en los hogares más pobres alcanza los 600 dólares y sus ingresos no superan los 400 dólares. Situación que se asemeja a la de las familias de clase media. En cambio, el ingreso medio de las familias más ricas es superior a los 3.100 dólares y sus gastos se mantienen cerca de los 2.800 dólares al mes. Es el único sector social que no lidia con el endeudamiento.

Publicado por
Alejandro Calvillo

¿Necesitas ayuda?

Entregamos asesoría legal gratuita, denuncia para proteger tus derechos.

Valentín Letelier #16, Santiago

[email protected]
+56 2 26960420

Agenda Conadecus