Los bosques han sido el recurso de nuestra civilización, desde inicios de la humanidad hemos habitado estos espacios que nos han brindado alimentos y abrigo.
No solo para los humanos, sino también para los millones de especies que habitan nuestro planeta, todos los seres vivos conviven y existen debido al medio ambiente.
Nuestro planeta, hasta el momento, tiene un 31% de superficie de bosques, especies que nos dan oxígeno y que mantienen la vida en la Tierra.
Luchas contra la desertificación, detener y revertir la degradación de las tierras, proteger la biodiversidad y gestionar de forma sostenible la explotación de estos recursos son fundamentales para el futuro de nuestro desarrollo.
La degradación de los suelos afecta a casi el 75% de los grupos más vulnerables de nuestra sociedad. Son las personas más pobres que habitan los espacios de menor plusvalía y sin recursos.
De igual manera, la depredación de los espacios desplaza de forma sistemática no solo a los humanos, son más de 8.300 especies de animales conocidas por los humanos, de los que el 8% ya se ha extinguido, mientras que el 2% se mantiene en peligro.
Ya hemos perdido el 8% del patrimonio de la Tierra, de especies que vivieron antes que nosotros.
La biodiversidad biológica y los ecosistemas son la base en la lucha y adaptación al cambio climático. Una verdadera emergencia que comenzaremos a resentir cada vez con mayor intensidad.
Los beneficios de cuidar los ecosistemas son numerosos, desde combatir el cambio climático hasta reducir los riegos de desastres naturales.
Hoy somos testigos de inundaciones, en la India, España, Vietnam, Pakistán, EEUU, México y tantos otros países. Esto no es una coincidencia o una casualidad.
El valor de los bosques
Vivimos en un sistema que nos empuja a evaluar el valor de lo material, pero los bosques también tienen beneficios distintos para la humanidad.
La recreación y el bienestar mental se ha puesto con mayor fuerza en la opinión pública, son los espacios verdes lo que pueden dar grandes aportes a la calidad de vida.
En muchas culturas también, estos espacios, tienen relevancia para la religión y la espiritualidad de los habitantes.
El mayor contacto con espacios verdes a lo largo de toda la vida provoca cambios estructurales en nuestro cerebro, dando lugar a mayores volúmenes de materia blanca y gris en determinadas regiones de este órgano.
Los beneficios directos de los espacios verdes es que facilitan en niños y niñas una oportunidad para estimular el descubrimiento, la creatividad, la percepción de riesgos y al mismo tiempo inspiran estados emocionales básicos y contribuyen a reforzar la mejora de la restauración psicológica.
Indispensabilidad
Tres cuartas partes de los medicamentos provienen de especies en la biodiversidad, albergados en bosques de todo el planeta.
Extractos de plantas, minerales, semillas y tantos otros componentes son los que nos da la naturaleza, con fin de mejorar la vida de todos los seres vivos.
Asimismo, los espacios verdes facilidad la creación de agua dulce de mayor calidad, reducen la toxicidad del aire y permiten una sana conservación del suelo.
Desproteger estas áreas no solo disminuye la salud del planeta y de nuestras comunidades, sino también podría generar crisis en la economía.
Cuidar de la sostenibilidad y exigir a los sistemas productivos, a los gobiernos y a nosotros, los consumidores, son caminos cercanos para generar cambios en la forma en que vivimos y el bienestar del ambiente.
