Noticia | 12 Octubre 2011

Tarjetas de crédito: La esclavitud moderna.

Tres millones de chilenos son deudores morosos.

El endeudamiento de los chilenos llega a cifras históricas. Las organizaciones de consumidores acusan que no existe voluntad política para proteger a los consumidores, para mejorar las debilidades y contradicciones que tiene la Ley del Consumidor.

Esto ha permitido que surgan las cláusulas abusivas contra las que no se puede luchar porque todo está regulado por leyes especiales que son resoluciones de las distintas superintendencias. Reclaman que han entregado muchas propuestas e iniciativas pero no se les escucha.

Muchos responsabilizan a los emisores de tarjetas de crédito que las entregan gratis, casi sin requisitos previos. Esto generó ( años 80 ) una verdadera fiebre de consumismo en el país. Hay personas que llegan a manejar seis tarjetas de crédito diferentes, lo que a la larga puede ser muy peligroso, sobre todo si la persona no es ordenada.

Los consumidores en mora son más de tres millones de personas, las que hoy día tienen a lo menos una cuota impaga. Para el presidente de Conadecus, Hernán Calderón ese es el real endeudamiento y por lo tanto “si bien uno no puede demonizar el crédito, aquí se ha dado en forma indiscriminada y lo único que se ha perseguido es endeudar a los consumidores chilenos hasta el límite de que ya tengan que empezar a perder sus bienes”.

Sin embargo, el Banco Central en su último informe de Política Monetaria dice que los chilenos se están endeudando menos. “El crecimiento de la deuda de los hogares continúa desacelerándose: la deuda de consumo bancario se contrae y la deuda hipotecaria muestra los primeros signos de desaceleración”, según el documento.

Las encuestas dicen que el quintil más bajo destina el 67% de sus ingresos para el pago y servicio de deudas. Con esta cifra podemos imaginarnos la dimensión del endeudamiento de los chilenos. Alrededor de 30 millones de tarjetas de crédito circulan entre los consumidores. Si consideramos que la cantidad de personas que conforman la fuerza laboral del país son seis a siete millones, el problema es para preocuparse.

Un informe reciente de la Escuela de Negocios Iede de la Universidad Andrés Bello indica que un 79% de los chilenos asegura mantener deudas en al menos una de las grandes tiendas de retail del país.
Asimismo un 46% de los encuestados reconoce que tiene deudas tanto en el sistema bancario (se excluyen los créditos hipotecarios) como en casas comerciales. Un 79% dice estar endeudado en grandes tiendas, 48% en bancos y 20% en supermercados.
El segmento más endeudado corresponde a las personas entre 30 y 49 años (51%), seguido por los que tienen entre 18 a 29 años (38%) y de los 50 años y más (45%). La encuesta arroja que un 42% de la muestra destina entre un 0 a 20% de sus ingresos mensuales a pagar deudas y un 37% entre un 20% a 50%.
Franco Parisi, rector del Iede de la Universidad Andrés Bello, aseguró en base a este estudio que “un aspecto que nos preocupa es la desprotección que sienten los niveles de menores ingresos frente a la posibilidad de salir de una situación de no pago. El 82% de ese grupo siente que no podrá salir de su capacidad de endeudamiento. Eso es sumamente grave porque no solo te ahoga, sino que te mata en términos financieros”.
En tanto, Hernán Calderón presidente de Conadecus (asociación de consumidores) habla con franqueza de los problemas de los consumidores y especialmente los endeudados.
“Lo que nosotros hemos dicho permanentemente es que la usura está, hoy día, instalada en Chile por los altos intereses que tienen que pagar los consumidores. La falta de una legislación que controle la tasa de interés corriente y que además no permita esta usura, que es la tasa de interés convencional, que lleva los intereses, fácilmente casi al 70 u 90% al año”.
La entrega indiscriminada de créditos a personas que no tienen rentas demostrables “nos ha llevado a lo que hoy día nosotros consideramos que estamos en las puertas de tener, probablemente una crisis económica por el sobreendeudamiento de las personas” dijo a Cambio 21.
Según Calderón “hoy día la bicicleta está instalada en los chilenos. Sacamos créditos en distintos lugares para poder responder al otro, pero llega un momento en que esa bicicleta ya no funciona, se paraliza. Y ya la capacidad de crédito que tienen las personas para responder a este endeudamiento va a tener su límite y en eso llega la moratoria”.
Conadecus ha tenido una actitud pro activa en cuanto a propuestas. Calderón afirma que “hemos hecho un sinnúmero de propuestas de diferente tipo. Desde hacer una nueva normativa para la entrega de tarjetas de crédito, en la cual se ponga como relevancia los derechos de los consumidores y el derecho de las personas. Aquí tenemos que entrar al control de los emisores, a que se hagan responsables cuando entregan una tarjeta a una persona que no tiene una renta demostrable”.
De mayor importancia es la propuesta que han entregado para que el bien raíz, que es el principal patrimonio que tiene la familia, no sea embargable. “Porque esto es lo que destruye a la familia en Chile. Cuando la familia pierde la vivienda se rompe la familia y destruimos el núcleo familiar. Por lo tanto, nosotros hemos propuesto que si bien pueden haber acciones de cobro, la vivienda, no puede ser motivo de embargo”, dijo el presidente de Conadecus.
Sobre la regulación de la tasas de interés han señalado que es necesario que tenga una regulación específica. Según dicen no puede quedar liberada al mercado porque éste lo que busca es maximizar sus utilidades por sobre el beneficio de la mayoría.
A juicio de Calderón ” cuando el mercado fija la tasa de interés lo va a hacer obteniendo las máximas rentabilidades y para eso nosotros hemos propuesto que sea el Banco Central que fije la tasa de interés corriente y además, que la tasa de interés máxima convencional tenga alguna relación con la tasa de política monetaria. Creemos que ésta última es la que fija la estabilidad y el momento de la economía del país y por lo tanto, cuando la tasa de interés es baja debe también traspasarse ese beneficio a los consumidores”.
Esto no ha sucedido en nuestro país. Los bancos y el sistema financiero lo que han hecho es que cuando ve que la tasa de interés de política monetaria es muy baja sube las tasas de riesgo para obtener más utilidades todavía, en vez de traspasarle esas rebajas a los consumidores tal como sucedió en la última crisis económica en que el costo del dinero llegó a 0,5 % anual. Y los bancos no traspasaron eso a los consumidores.
Otras de las medidas propuestas es la protección de los datos personales, que con motivo de un crédito de consumo las personas que se encuentren cesantes no puedan ser enviadas a Dicom.
También han pedido modificaciones, al proyecto de ley del Consumidor. Calderón comenta que “hemos hecho muchas gestiones con los parlamentarios, hemos entregado opiniones en las comisiones del Parlamento. Se nos escucha pero no se incorporan nuestras propuestas. No hay voluntad política para proteger a los consumidores en Chile. La última modificación de la Ley fue el año 2004?.
Lo paradójico es que a partir de la última modificación de la Ley han ocurrido los mayores atentados en contra de los consumidores y nadie ha tenido voluntad para legislar.
Recordemos cuando sucedió la colusión de las farmacias. Se dijo mucho pero el delito quedó en la impunidad y los consumidores no pudieron demandar a la empresa porque las infracciones a la libre competencia y la colusión no están incorporadas en la ley del Consumidor, por tanto nadie los escuchó.
En este sentido Canadecus también entregó una iniciativa que consistía en un artículo único, para incorporarlo en el decreto ley 211 sobre la colusión y la libre competencia, para poder hacer las compensaciones y las indemnizaciones correspondientes a estos casos. “Hemos dicho permanentemente que aquí los problemas se derivan de resoluciones que hacen las propias superintendencias y que atentan contra los consumidores. Hemos pedido que se incorpore, ahora, en el Sernac Financiero una indicación en que las resoluciones de las superintendencias sean consultadas con el Sernac, para que se pronuncie en cuánto pueden afectar, esas resoluciones, a los consumidores”.
Del mismo modo, se aprobaron las ventas atadas por la Superintendencia de Bancos, que afectó directamente a los consumidores. También se produjo el escándalo de La Polar, otros como Cencosud ( tuvo que devolver dineros por pagos excesivos de intereses) y más recientemente , la tarjeta Presto.
Tampoco hay voluntad política para resolver estas debilidades que tiene la Ley del Consumidor. Es más, la ley tiene tantas contradicciones que el año 2004 se creó un fondo concursable para las asociaciones de consumidores, pero la misma ley prohíbe utilizarlos para defender a los consumidores en forma individual y colectiva. Una contradicción fundamental y no hay explicación al respecto. Tampoco se pueden ocupar en los gastos básicos como luz agua y secretaria. Solamente, pueden hacer análisis, estudios, educar pero no ir a un tribunal a defender a los consumidores.
En otros países con menos desarrollo que Chile, le entregan al organismo público de defensa del consumidor ( similar al Sernac) un 10% más de su presupuesto para que haga transferencias y convenios con las asociaciones de consumidores, para que defiendan a las personas en los tribunales.
Calderón comentó que no existe interés en entregar recursos para que las organizaciones de defensa de los consumidores puedan tener sus propios staff de abogados para defender a los afectados. En cambio, las empresas denunciadas llegan con sus equipos de abogados y apabullan al indefenso consumidor.
Otro aspecto digno de destacar es el relacionado con el artículo de la Ley del Consumidor que deja explícito que donde haya actividades reguladas por ley especiales esta no puede actuar. Conadecus no puede demandar cuando son casos que tienen que ver con calidad de vivienda, de salud, sanitarias. Por lo tanto, el ámbito de acción se reduce a problemas de consumo.
Calderón dice que seguirán insistiendo a pesar de que sospechan que la intención es que no existan organizaciones de consumidores. La razón, según dicen, es porque aparentemente podrían ser peligrosas para los intereses de los grandes conglomerados económicos.
En tanto, el economista Joseph Ramos tiene una visión en lo general del tema del endeudamiento y prefiere confiar en lo que dice el Banco Central al respecto.”El informe de política Monetaria del Banco Central hizo un comentario respecto al endeudamiento y consideró que los niveles de endeudamiento de los hogares estaban a niveles razonables, en comparación con los parámetros históricos chilenos asi como los parámetros internacionales. Ahora, eso es el promedio, lo que no quita que pudiera haber un porcentaje no despreciable de personas que tal vez estén sobreendeudados”.
Reconoce que el tema del crédito es siempre problemático porque “uno quisiera, por un lado, que la mayor parte de la gente tenga acceso al crédito porque eso facilita que pueda mejorar su nivel de vida, pero por otro lado, uno quiere evitar el sobreendeudamiento. Entonces, esa es la pequeña tensión que hay ahí”.
En cuanto a la entrega indiscriminada de tarjetas de crédito, el economista señaló que “las casas comerciales son las más “generosas” con entregar tarjetas de crédito con el mínimo de condiciones. Esos son los más arriesgados. En cambio la banca es más complicada y la mitad de la población no accede a créditos bancarios, probablemente es la gente que acude a las tarjetas de las casas comerciales, porque le ponen menores condiciones y cada casa comercial controlorá. Ya sabemos los líos de La Polar”.
También se refirió al proyecto de ley sobre deuda consolidada, que fue reflotado a raíz del caso La Polar. En este sentido dijo, que dicha iniciativa apunta a que haya una consolidación de todo el crédito que una persona tenga en el sistema bancario así como, en las distintas casas comerciales. Esto en aras de evitar el sobreendeudamiento”.
Ramos recordó que en su informe anterior el Banco Central también comentó que “no se explicaba las altas tasas de interés de los créditos de consumo de la banca, lo cual denotaba que no correspondía a los riesgos involucrados y no hablaba bien de la grave competencia que pudiera existir”.
El economista destacó al instituto emisor porque ” ha tenido una actitud pro activa al denunciar que los intereses que cobran los bancos son muy elevados. Por consiguiente me merece credibilidad”.

Publicado por
Alejandro Calvillo

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