Opinión | 6 Septiembre 2021

“Minsal y su discriminación histórica” por Paolo Castro

CARTA ABIERTA

AL EQUIPO INTERDISCIPLINARIO DE SALUD EN EL CÓDIGO SANITARIO

La Constitución vigente de Chile, indica que el Estado debe asegurar el acceso libre e igualitario a la salud, cuestión que es fundamental para la sostenibilidad del país. Asimismo, el Código Sanitario expresa los mínimos necesarios para contemplar una estructura de acción en salud y por ende, mandata al Ministerio de Salud a cumplir su rol en la sociedad. Hasta aquí, todo parece estar en orden, para el bien de la población.

Sin perjuicio de lo anterior, para lograr responder al acceso libre e igualitario de salud, deben existir personas calificadas con formación técnica y profesional en salud, que permita concretar todas aquellas acciones básicas que contempla la promoción, prevención y tratamiento de los ciudadanos, lo que se conoce como equipo de salud interdisciplinario.

Se hace evidente la necesidad de un reconocimiento jurídico, que permita a funcionarios de la salud, prestar su labor al servicio de la salud pública del país, sin distinción ni discriminación.

No obstante, el mismo Estado chileno, pero en esta ocasión a través del Ministerio de Educación, le otorga a las casas de estudios autonomía para la formación de técnicos y profesionales competentes, de acuerdo a las necesidades de salud pública vigente.

Con esfuerzo de las familias y estudiantes, se logran las competencias de egreso para un ejercicio certificado, que contribuya al bienestar de las personas.

Entonces, ¿Por qué el Estado de Chile no entrega la misma certeza jurídica a todos los miembros del equipo?, ¿Por qué continúa esta suerte de vacas sagradas, con privilegios evidentes?, ¿Cómo se puede lograr el equipo multidisciplinario sin inclusión?

Desafortunadamente el Ministerio de Salud, lleva años evitando lo evidente, en donde independiente del gobierno de turno, coloca trabas políticas, que en vez de generar la horizontalidad basada en competencias de técnicos y profesionales, mantiene la verticalidad y excesiva medicación  de la vieja escuela, con repercusión en gastos de bolsillo para los usuarios, retraso en la atención y derivación, burocracia para la solicitud de exámenes, entre otros, que de paso genera una desregulación permitiendo a intrusos como influenciadores (influencer), lucrar con la desesperanza de quienes lo necesitan, sin ningún pudor, gracias a la falta de regulación.

¿Será que el Ministerio de Salud tiene conflictos políticos no declarados, que retrasa la real integración del equipo multidisciplinario?

Los y las “Nutricionistas-Dietistas” de este país, justamente a través de la interdisciplinariedad, derrotaron la desnutrición infantil como un hito histórico en el mundo, mantienen hoy la exclusión en el Código Sanitario.

Para la malnutrición actual, no hay vacunas.

Paolo Castro Villarroel

Nutricionista

Santiago de Chile, 03 septiembre 2021

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